Sentada junto a la basura, una joven con llagas por todo su cuerpo tosía en sus manos y observaba cómo la gente dejaba monedas y dinero frente a ella mientras movían la cabeza con lástima.
Esto se había convertido en su vida, quizás el karma finalmente la había alcanzado, se rió con desdén y pensó en su papá, quien se desmayó cuando se enteró de que ella se acostaba con hombres casados y hasta con hombres mayores solo para ganar dinero.
Las lágrimas rodaron por sus ojos al recordar al doctor diciéndole que no había nada que se pudiera hacer para salvar a su padre.
No importa, al menos, y muy pronto, podrá reunirse con él.
Después de la muerte de su padre, Ye Qingyi se negó a tratar su enfermedad, y al no tener dónde vivir, tomó la calle como su nuevo hogar. Ahora ha pasado un mes y podía sentir cómo su cuerpo se deterioraba. Su único consuelo es que muy pronto, se reunirá con su padre y su madre, y juntos, volverán a ser una familia feliz.