Pocos meses han pasado y ahora falta una semana para el examen de ingreso a la Universidad Suwei. No solo eso, sino que Fu Mingze ha fortalecido su posición en el grupo Fu y se ha convertido en uno de los empresarios más fuertes y temidos en tan solo unos pocos meses desde que asumió el control del grupo.
Sang Xiu tocó en la puerta de la habitación de su hija y cuando oyó el permiso para entrar, abrió la puerta y vio a su hija estudiando, dejó el vaso de leche que había comprado para Meiyi en la mesa y dijo —Has estado estudiando desde la mañana, ¿no quieres tomar un descanso?
Yang Meiyi negó con la cabeza sin mirar a su madre y dijo —Tengo que estudiar más duro si quiero pasar el examen de ingreso y además tengo que ver a Fu Mingze esta noche y él me preguntará sobre lo que he estudiado hoy, si no respondo correctamente, entonces no me hablará. La última vez que fallé en responder, no me habló durante una semana, pidiéndome que me concentrara más en mis libros.
Sang Xiu suspiró y se sentó en la cama y dijo —Tú y Fu Mingze se han acercado durante estos meses y veo que él tiene un efecto positivo en ti pero aún me preocupa que al final te rompa el corazón.
Yang Meiyi dejó de hacer lo que estaba haciendo cuando escuchó las palabras de su madre y se volvió hacia ella y dijo —Te estás preocupando sin motivo. Por ahora, Fu Mingze solo me ve como una niña, no pierde oportunidad de recordarme que tengo solo diecisiete años y no tienes que preocuparte por que me rompan el corazón, me encanta pasar tiempo con él y mientras él esté feliz, yo también lo estaré.
Sang Xiu miró la sonrisa en el rostro de su hija y de repente preguntó —¿Por qué lo amas? Recuerdo que tenías solo diez años cuando declaraste tu amor por él y desde entonces ha sido solo él, tengo curiosidad por saber cómo y por qué amas tanto a Fu Mingze?
—Me enamoré de él mientras leía un libro.
—¿Un libro?
Yang Meiyi sonrió y asintió —En ese momento, decidí que si se me daba la oportunidad, lo amaría con todo mi corazón.
Sang Xiu no pudo entender lo que su hija decía, cómo podría haberse enamorado de Fu Mingze a través de un libro, eso ni siquiera tiene sentido. Decidió ignorar la declaración de Yang Meiyi y dijo —Si vas a salir con Fu Mingze asegúrate de que te traiga a casa antes de las diez.
—Sí, mamá.
Sang Xiu sonrió y besó la mejilla de su hija antes de salir de la habitación.
Tan pronto como su madre salió, Yang Meiyi sacó inmediatamente su teléfono y llamó a Fu Mingze, sonrió cuando la llamada se conectó y escuchó su voz ronca preguntar —¿No se supone que deberías estar estudiando?
—Estaba estudiando, pero luego empecé a sentirme mal. —Yang Meiyi dijo con voz lastimosa.
Fu Mingze, quien cenaba con algunos empresarios, se excusó cuando escuchó las quejas de Meiyi y preguntó —¿Es grave? ¿Necesitas ir al hospital?
Yang Meiyi sonrió al escuchar cuán preocupado estaba y dijo —No, ahora me siento mejor. Resulta que la razón por la que me sentía mal era porque te extrañaba y escuchar tu voz me ha hecho sentir un poco mejor.
—¿Por qué solo un poco? —Fu Mingze preguntó divertido.
—Porque solo al verte estaré completamente mejor.
—¿Eras así con tus novios?
—¿Novios? Claro que no. Nunca he tenido un novio.
—¿Por qué?
—Porque solo podía pensar en ti. Cada vez que un chico me invitaba a salir, siempre terminaba comparándolos contigo, a este ritmo si sigues rechazándome entonces mi madre tendrá que casarme a través de un matrimonio arreglado.
—Un matrimonio arreglado para ti suena horrible —dijo Fu Mingze riendo.
—De hecho, suena horrible pero será la única opción que me queda si cierto chico no acepta ser mi novio incluso después de que cumpla dieciocho.
—No hay nada especial en mí Meiyi, te aseguro que hay muchos chicos que son mejores que yo, chicos de tu edad y que son más saludables.
—Pero el corazón de Meiyi solo quiere a Fu Mingze.
Tras escuchar sus palabras, Fu Mingze podría jurar que sintió que su corazón daba un salto, tomó una respiración profunda y dijo en un susurro:
—Quiero verte.
Yang Meiyi no pudo detener el rubor que se apoderó de su mejilla al escuchar su voz, sonrió y dijo:
—Solo dime dónde estás y yo iré contigo.
—Estoy en un almuerzo de negocios. Cuando termine, iré a verte —dijo Fu Mingze con una risita.
—Un almuerzo de negocios suena aburrido.
—Es aburrido —admitió Fu Mingze con una sonrisa—. Tu examen de ingreso es en una semana, ven con tus libros, necesito ver hasta dónde has leído.
—Sí, profesor Fu, con tu ayuda no tengo dudas de que podré entrar en la Universidad Suwei —dijo Yang Meiyi con una sonrisa burlona.
—Tengo que irme, te llamaré más tarde —dijo Fu Mingze sonriendo.
—Te amo —dijo Yang Meiyi con una sonrisa radiante.
Fu Mingze sostuvo su teléfono fuertemente cuando escuchó su confesión y dijo:
—Nos vemos luego, adiós. —Cortó la llamada y llevó el teléfono a su pecho mientras se decía a sí mismo 'Le dije que dejara de decir eso al azar.
—Sr. Fu, lo necesitamos adentro —dijo un hombre vestido de traje. Era uno de los empresarios con los que Fu Mingze estaba almorzando.
—Vamos —dijo Fu Mingze.