El estómago de Rika se sentía lleno y pesado. Se sentía extraño, pero Rika no tuvo tiempo de pensar en ello cuando primero necesitaba satisfacer sus necesidades básicas.
—¡Damian! ¡Ese bastardo me retuvo como rehén! ¿Qué estaba pensando? ¿No me dejaba ir? ¡Me habría hecho mojar la cama!
De alguna manera, Rika sentía que a Damian le habría gustado si Rika hubiera mojado la cama. Él era simplemente demasiado raro para que Rika lo entendiera, pero lentamente comenzaba a descubrir a la persona natural bajo la máscara de frialdad de Damian.
Rika tardó mucho más de lo que esperaba en el baño (principalmente para limpiar todo el desorden que se había hecho dentro de su cuerpo).
—Rika, ¿está todo bien? ¿Necesitas mi ayuda? —preguntó Emily con una voz preocupada, pero Rika desestimó su preocupación. Rika sentía que cualquier ayuda que recibiera ahora solo empeoraría la situación.
Además, Rika necesitaba que Emily hiciera algo más por ella.