—Suzie, nos vamos a casa ahora mismo. Cancela cualquier cita que hayas hecho. Tampoco te llevaré a la Conferencia de la Unión este año; no puedo confiar en ti.
Mark se frotó la frente para deshacerse del dolor de cabeza que se estaba formando detrás de sus cejas.
La evidencia de lo que Mark había visto en su teléfono lo enfureció. Podía decir que Suzie había violado muchas leyes, pero su uso de la autoridad y el nombre de su familia era algo que Mark no podía perdonarle.
Mark nunca había estado enojado con Suzie por tales cosas, pero estaba seguro de que su ira se debía a la participación de Rika.
Suzie, quien había estado hablando con su consultora sobre su tratamiento, de repente lo miró, sorprendida.
—¡Eh! ¿Nos vamos a casa? ¿Ahora mismo? Pero ¿por qué? ¿Pasó algo? ¡No recuerdo que haya pasado algo significativo! ¿Y a qué te refieres con que nos estamos yendo? Necesito arreglarme el rostro.
Mark agarró a Suzie de la muñeca y la arrastró.