—¡Mierda! Me hacías falta, mi omega. Mi polla duele porque también extrañaba estar dentro de tu coño. Levanta la vista y dime que tú también me extrañabas.
Los ojos de Damian estaban abiertos y llenos de lujuria y amor. Sus embestidas eran profundas y alcanzaban la entrada del útero de Rika sin mucho esfuerzo.
La pobre chica solo podía aferrarse a la pared y aceptar lo que su alfa le daba.
—¡S-Siente tan bien! Alfa, quiero más. T-Te extrañé mucho! Por favor, folla-
Damian tenía un agarre contundente sobre Rika, pero ella no podía sentir otra cosa que sus manos, haciéndola sentir increíble.
El cuerpo de Rika ardía desde adentro hacia afuera. Cada arrastre de la polla de Damian obligaba a que los interiores de Rika se contrajeran fuertemente y atrajeran la polla más adentro de su cuerpo.