—Entonces, Rika, ¿qué dices? ¿Te gustaría ser mi pareja para lo que viene? —preguntó Mark.
—No, no quiero. Ya tengo a alguien que me llevará a la Conferencia de la Unión y ya les he dicho que sí. Me temo que no puedo ir contigo, Mark —respondió Rika.
La expresión de Mark se tensó de inmediato, e incluso su madre pareció incómoda al escuchar lo que Rika tenía que decir sobre su decisión de ir a la conferencia de la unión.
Rika tuvo que admitir que se sentía bien ver a su madre y a su hermano tan atónitos después de lo que habían escuchado.
Su hermano se movió, pero Rika lo vio demasiado tarde.
Para cuando se dio cuenta de lo que había pasado, Mark había agarrado su hombro y la había girado para que se enfrentara a él.
Su agarre se sentía magullador, y Rika se estremeció en cuanto sintió esas manos agarrando su brazo. Le faltaba la fuerza para liberarse del agarre de su hermano.