—¡Maldito! Quédate quieto para que pueda golpearte. Deja de esquivar todo el tiempo.
Noe se lanzó hacia Rika en un intento de golpearla, y su asalto fue el único que Rika decidió no esquivar, sino agarrar y retorcer detrás de su espalda.
La omega soltó un chillido sorprendido cuando Rika de repente la agarró y la sostuvo firmemente.
Ella intentó liberarse, pero Rika la sostuvo firmemente con una mirada jubilosa.
—¿Dejarías de intentar agitarte ahora, Señorita Noe? Si continúas comportándote como lo has hecho, no me quedará más remedio que asegurarme de que no puedas moverte. Estoy segura de que no querrás que eso ocurra, ¿verdad? —dijo Rika con una sonrisa en su rostro, pero la oscuridad oculta detrás de su sonrisa era lo que hacía que Noe se sintiera asustada.
Ella nunca se había sentido así antes y dudaba que lo volviera a sentir. Pero mirar la cara de Rika hizo que Noe sintiera que estaba mirando a la muerte.
