Mark parecía sorprendido por unos segundos antes de que su sorpresa se transformara en una sonrisa llena de travesura, y agarró juguetonamente el hombro de Rika.
—¿Me harás retroceder si no me echo atrás? ¡Oh, Dios! Ahora, espero con ansias las travesuras que me harás. ¿Debería estar asustado?
Un tic en el ojo de Rika demostró que veía a su hermano sin tomar esto en serio, pero intentó no culpar a Mark por estar un poco loco.
Eso no significaba que Rika lo dejaría salirse con la suya.
—Deja de bromear y sé serio. Esto no es para tomarlo a la ligera.
Rika golpeó fuerte a Mark, suficiente para hacerle agarrar su estómago y ponerse de rodillas por el dolor. Él parecía sorprendido por el asalto de Rika, e intentó abrir la boca para quejarse.
Pero la mirada de su madre hizo que Mark cediera en esta ocasión.