Regulas Ford era un alfa con el que Natasha tenía problemas para llevarse bien. Pero ese era su problema, y no tenía que dejar que sus problemas la afectaran.
Su comportamiento confiado, una clara muestra de su autoridad, hizo que Natasha se detuviera y considerara su perspectiva.
—Estoy escuchando. Si quieres decirme algo, esta es tu oportunidad. Te prometo que escucharé de verdad lo que digas.
Natasha lo prometió en el calor del momento. Inmediatamente se arrepintió de su decisión cuando el hombre soltó una risita divertida antes de volverse a mirar al alfa.
—Gracias, alfa Natasha. Tus amables palabras han mejorado mi día. En cuanto a mi propuesta... no es tan grandiosa como la estoy haciendo parecer. Quiero aprovechar tu bondad.