—¡Mierda! Eso no era lo que quería decirle a Rika. Solo quería advertirle sobre pasar un celo con un alfa. No quería que los celos se apoderaran de mí —Emily se mordió el labio en agitación al recordar lo que acababa de decir.
Reconocía que sus palabras y acciones estaban llenas de celos, pero ¿podrías culparla? Su omega acababa de pedir pasar una noche con otro alfa durante su celo.
Su lado lógico lo entendía, pero su alfa quería estar al lado de Rika todo el tiempo para asegurarse de que no le pasara nada.
—¡Emily! ¿Estás bien? Suena un poco raro eso. ¿Estás enojada conmigo? —Rika preguntó con voz apagada, y Emily se sintió culpable. No era culpa de Rika que Emily no pudiera controlar bien sus sentimientos.
—¡No! No estoy enojada contigo. Solo estoy decepcionada de mí misma por algo. Ya no tienes que preocuparte por eso. ¡En cuanto al asunto del celo! Necesito aceptarlo. No puedo seguir consintiéndote para siempre —Emily suspiró antes de forzarse a reprimir sus celos.