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El alfa echó su cabeza hacia atrás ante la pregunta de Rika y soltó una carcajada ensordecedora en cuanto procesó la pregunta que le había hecho Rika.
Incluso después de que se calmó un poco, su risita no cesó.
Si acaso, se intensificó aún más después de eso.
—¡Vamos! No seas tan brusca con nosotros. Este lugar está lejos de ser la casa de un proxeneta. ¿Qué clase de casa de proxenetas cuida tan bien de sus omegas y les proporciona instalaciones de primera clase y un sueldo decente? —Te aseguro que todo esto se hace con base en un contrato legal, y todas estas omegas están felices de estar aquí para nosotros.
Rika no creyó ni una palabra de lo que dijo. No había forma de que alguien estuviera feliz de ser tratado como un juguete sexual sin ningún sentimiento.
Algunas de estas omegas parecían llevar aquí algún tiempo, y otras parecían listas para morir.
Una omega incluso cruzó miradas con Rika, su mirada suplicando a Rika que la ayudara.
