—¡Oye, espera! ¡Escucha sobre esta droga un poco! Estoy seguro de que a tu pareja le gustaría mucho... Tsk, se fue sin escuchar lo que tenía que decir. Bueno, si no la quiere, entonces está bien. A todos les gustaría ver el efecto de este medicamento, ¿verdad?
Suzie tenía el presentimiento de que debería rechazar y marcharse ya. Pero su curiosidad la mantenía atada a su asiento.
Todos la miraron y luego volvieron a mirar a la persona que hacía la oferta con una expresión incómoda.
Finalmente, el omega que guió a Suzie al interior del club habló.
—Ni siquiera intentes jugar sucio con nosotros. Sé cómo funciona tu cerebro. Esto probablemente es un inductor de celo, ¿cierto? ¿Quieres buscarte problemas o qué?
El primer instinto de Suzie fue intentar lanzar lejos la botella. No quería un inductor de celo cerca de ella.