—Necesito huir ahora. Estas feromonas se están intensificando, y mi cuerpo se siente pesado. Todavía tengo tiempo para escapar ya que no puedo olerlas.
Los instintos de Rika le gritaron que corriera, pero su cuerpo, en un cruel giro del destino, ya estaba escapándose de su control.
Estar en tal posición no era solo aterrador sino también paralizante. Rika no tenía a quien culpar excepto a sí misma por esto.
Después de todo, ella había causado que su hermano llegara a este extremo.
Rika intentó correr, pero no dio ni dos pasos antes de que una mano sólida se cerrara alrededor de su brazo y la tirara de vuelta contra un pecho firme.
—¡Deja de huir! Cuanto más corres, más me agitas. Te quedarás aquí y me contarás tus agravios ahora mismo, y no aceptaré un 'no' por respuesta. Después de eso, volverás a casa conmigo. ¿Entiendes?
Las feromonas de Mark abrumaban a Rika, pero de una manera no positiva.