El silencio en la sala médica era ensordecedor. Rika podía escuchar su corazón latir cuando se concentraba.
Ella miraba incrédula mientras el alfa frente a ella tomaba su mano y colocaba un beso en el dorso de esta.
Eso hizo que Rika sintiera hormigueos en su columna, pero al mismo tiempo dudaba de sus intenciones.
Damian, sin embargo, no podía controlar sus sentimientos respecto a este asunto, y antes de que alguien pudiera detenerlo, sostuvo al jefe de la familia Tweten por el cuello.
Los fuertes gruñidos del alfa resonaban alrededor de la sala, y su enojo hacía que el cabello de Rika se erizara en shock.
Emily también llegó un segundo tarde para impedir que Damian mantuviera al alfa mayor como rehén y lo amenazara.
—¡Vete! Abstente de acercarte a Rika nuevamente. Esta es la última advertencia que te daré.
Oír a Damian hablar y amenazar a alguien era tan raro que incluso Emily parecía sorprendida.