La mente de Rika era un caos en ese momento. Miles de pensamientos atravesaban su mente.
Pero llegó a una sola conclusión, incluso con cada opción que consideró. Eso era poner cierta distancia entre ella y sus amigos.
No importaba cuánto Rika quisiera estar con ellos y amarlos, la idea de ser una omega le daba escalofríos.
—Pero me conozco. Mis emociones tienen el potencial de superarme, y podrían empujarme a tomar una decisión estúpida que podría cambiar mi vida. Sería mejor si primero controlara mis emociones. —pensó.
Para hacer eso, Rika necesitaría olvidar su amor por sus amigos alfas, y necesitaría tiempo para eso.
—Rika, ¿estás bien ahora? ¿Todo salió bien? ¿Qué pasa con tu cuerpo? ¿Está herido? ¿Necesitas ayuda? —preguntó Emily.
Cuando Emily se dio cuenta de Rika, corrió hacia ella y extendió la mano para comprobar su estado.
Sus ojos se detuvieron en el cuello de Rika, donde le había hecho un chupetón, pero Rika se movió un poco para alejar ese interés.
