—¡Damián está aquí, finalmente está aquí! Ya puede hacerse cargo de Emily. Pero primero, debo asegurarme de que él sepa que no pasó nada significativo entre Emily y yo. Espero que sea amable conmigo.
Rika se sentía segura con Damián en la habitación.
Ella quería sentirse segura con el segundo alfa en la puerta, pero su corazón seguía retumbando en su pecho, y Rika se sentía aún más nerviosa.
Algo acerca de cómo Damián la miraba le enviaba escalofríos por la columna vertebral.
—¡Está bien, Damián! No pasó nada entre R-Rika y yo. P-Puedes encargarte ahora
Una mirada fría se dirigió hacia Rika, cortándole la respiración. Esa mirada fría tenía otra emoción mezclada que Rika no esperaba: lujuria.
Unos ojos plateados recorrieron a Rika de arriba abajo, y de repente se dio cuenta de lo expuesta que se veía en ese momento.