—Me temo que no puedo hacerle un descuento en el precio del artículo que rompió. Si no tiene suficiente dinero, puede obtener un préstamo de nosotros o de un banco. Pero no puedo decirle cuánto le beneficiará.
La postura de Rika era inquebrantable; no cedería en el precio de la pieza de exposición rota.
La omega quería protestar, pero sus amigos la miraban.
Además, más personas comenzaron a entrar para ver qué estaba pasando.
Aunque la omega sabía que pagar el dinero e irse era la elección sensata, no podía obligarse a hacerlo.
En ese momento, la Omega ideó un plan. Emplearía la técnica definitiva, un movimiento que había ablandado muchos corazones en el pasado.
Sus ojos se llenaron de lágrimas y miró a Rika y Daniel con su expresión llena de lágrimas.
—¡L-Lo siento mucho! Fue un error y no volverá a ocurrir. Por favor, déjenme ir esta vez.