—Maldito cuerpo. Me siento tan enferma ahora mismo. Gracias a Dios que no comí mucho. Si no, esto sería mucho más doloroso de soportar —Rika hizo arcadas mientras de alguna manera lograba encontrar el baño.
Cuando se miró en el espejo, su cara lucía pálida y sin vida. Sin embargo, el maquillaje cubría la mayoría de los efectos posteriores de su condición.
Tomar respiraciones profundas para calmarse era difícil cuando cada respiración hacía que Rika sintiera como si estuviera muriendo.
Algo agudo la apuñaló en el pecho, y Rika jadeó de dolor.
Era difícil controlarse, pero Rika sabía lo que la ayudaría: un poco de alcohol en su sistema.
¿Era una buena idea emborracharse en su condición? ¡Por supuesto que no! Era la peor idea imaginable.
¿Pero Rika iba a escuchar a la razón esta vez y no beber? Por supuesto que no. Por mucho que Rika odiara beber, le ayudaría a olvidar quién era y qué estaba haciendo.