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Rika estaba acostumbrada a una familia que constantemente estaba encima de ella y le hacía muchas preguntas sobre su día.
Pero el verdadero problema comenzaba cuando Rika quería evitar responderles y contarles cómo le había ido en su día.
Siempre terminaba en peleas y muchos gritos.
Para Rika, la ausencia de preguntas constantes por parte de las personas con las que vivía era un soplo de aire fresco. Era un alivio, un respiro de la habitual responsabilidad de compartir sobre su día.
Charon llevaba la mayor parte del peso de su conversación durante la cena, y Rika se sentía relajada.
El verdadero anuncio del día llegó después de que la cena terminó.
—Rika, Charon, tengo unas excelentes noticias que compartir. Fei y Flourite regresarán dentro de tres días. Espero que los reciban a ambos con los brazos abiertos —el dueño de la casa informó a la pareja.
Esta noticia no impactaba a Rika ni a Charon.