La que una vez fue una atmósfera serena se hizo añicos instantáneamente, sumergiéndose en un torbellino de caos. La tienda, un mero espectador, ahora era un campo de batalla para dos de los alfa dominantes más poderosos, cuyo enfrentamiento amenazaba con desgarrar la misma estructura del lugar.
El aire estaba saturado con el acre olor de las feromonas, un potente indicador de la tensión creciente. El peligro inminente era palpable, provocando una frenética lucha por escapar, un intento desesperado de evitar ser testigo de la humillación potencial.
—Parece que estás demasiado orgulloso de ti mismo. Me lanzas una mirada tan ardiente. ¿Quieres que te arranque esos ojos de la cara?
El alfa sin nombre hizo crujir sus nudillos para mostrar lo intimidante que era. Pero Rocxx no parecía sentirse intimidado por él en absoluto.