Bassena no podía, de hecho, olvidar el hecho de que Zein había llamado a Han Joon 'caliente'.
—Fue hace tanto tiempo —explicó Zein, girándose desde el patio de su habitación del hotel—. Quería tener un rato agradable viendo la pesca en el estanque del mini jardín de su suite privada, pero eso tuvo que retrasarse, al parecer.
Se acercó al esper que estaba ligeramente enfurruñado y pretendía leer con mucho interés el catálogo de bebidas alcohólicas. Qué gracioso, al hombre ni siquiera le gustaba beber tanto.
—Todavía piensas que es caliente —se estrecharon los ojos ámbar.
—Bueno, tú también —Zein sonrió con picardía, inclinando la barbilla de Bassena hacia él—. Tú fuiste quien me dijo que no tenías mucha confianza compitiendo con su apariencia.
