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—¿Qué tipo de puerta era? —preguntó Zein cuando llegaron a la suite.
—Naranja.
—¿Llegaste a tiempo? ¿Fue grave el daño?
—Coches y paredes.
—¿Algo logró salir?
—El canal hacia el hotel. Algo.
Zein se agachó frente al mini bar, mirando el agua mineral, pero alcanzando una cerveza. Hoy había sido incluso más agotador que ayer, y no podía permitirse enfrentar a un Bassena enfurruñado sin algo de ayuda.
Cuando se levantó de nuevo, abriendo la lata, encontró que el esper estaba mirando fijamente la vista nocturna. Zein pensó que Bassena estaba enfurruñado por cómo eligió ir a reunirse con Han Joon en lugar de acompañarlo, pero al ver su rostro algo abatido, Zein sintió que tenía que reconsiderar su juicio.
Golpeando la encimera del bar, Zein llamó al esper. —Cariño, ven aquí y háblame.