Zein pensó que habían terminado de hablar sobre el incidente o el clan rencoroso, pero mientras el coche ascendía por el camino sinuoso hasta la cima de la colina, Bassena de repente murmuró con los ojos entrecerrados.
—Creo... que hay alguien... o alguna fuerza detrás de los Vaski y la Víbora Dorada —dijo el esper, mordiéndose la mejilla para suprimir su ansiedad.
—¿Como un patrocinador? —respondió Zein con una ceja levantada—. ¿Como con Trinity y Mortix?
—Sí...
Zein miró al esper, tratando de descubrir la razón detrás de la preocupación de Bassena. ¿Pensaba el esper que incluso con la Víbora Dorada desaparecida y los remanentes de los Vaskis expulsados de la Federación del Este, el patrocinador aún intentaría encontrar el recipiente?