—Ehem —Reed se aclaró la garganta para romper el repentino ambiente gélido.
Por un segundo se preguntó si aquellos dos estaban verdaderamente en el tipo de relación que escribían las columnas de chismes, pero pronto se reprendió pensando que no era asunto suyo y tampoco era momento para pensar en ello.
—Ehm... b-bueno, ya que el asunto de la zona roja podría decirse que está resuelto, todo lo que queda es hablar de los detalles, señor —atrayó la atención de vuelta al tema en cuestión—. Deseábamos discutir qué compañía constructora vamos a usar para construir el orfanato.
—Hmm... —Zein sinceramente no tenía conocimiento sobre este asunto—. ¿Tienen una lista de candidatos?
—Sí, señor.
Sacaron un montón de papeles con algunos folletos de compañías y una estimación aproximada de cuánto costaría cada compañía. —Elegimos la compañía que consideramos confiable, pero siéntase libre de agregar algunos nombres si ya tiene un candidato, señor.