—Permitirte hacerlo aquí ya es más allá de mi cuota de benevolencia este año —dijo Radia con calma mientras sorbía su vino blanco.
Han Shin jadeó al escuchar eso, casi golpeando la mesa ruidosamente. —¿Cómo puedo haber usado tanto ya?
—Con ese financiamiento para esa cosa inútil que me rogaste hace tres meses.
—¡No es inútil!
—Es inútil si no trae progreso.
—Ugh--! —el cumpleañero se apoyó en su prometida con un sollozo, agarrándose el pecho por su corazón roto. Reina acarició al hombre con suavidad, tarareando para calmar al sanador, y Zein miró esta farsa con ojos inexpresivos.
Bassena se inclinó más cerca y le susurró al guía con una risita callada. —Acostúmbrate.
—Ya estoy acostumbrado a ambos —Zein se encogió de hombros, mirando en cambio su plato que de repente se llenó de comida cuando no estaba mirando.