Rain se despertó temprano, decidida a cumplir su promesa a Alejandro. Fue a la cocina y encontró al Chef Philip, el tranquilo chef principal de mediana edad, ya trabajando arduamente.
—Buenos días, Chef Philip —lo saludó con una sonrisa. Él asintió secamente, sin decir mucho, como era su costumbre. Sin dudarlo, ella añadió:
—Solo voy a preparar un estofado de carne para mi esposo —esta vez sin cacahuetes—, así que por favor continúe con su trabajo.
El Chef Philip la miró y asintió de nuevo. Unos minutos después, mientras Rain comenzaba a preparar los ingredientes, él la sorprendió preguntando:
—¿Necesitas ayuda?
Ella sonrió cálidamente. —Estoy bien por ahora, pero quizás necesite tu experto paladar más tarde. No soy la mejor equilibrando sabores.
—Está bien, solo avísame —respondió él en su tono calmado habitual.
Mientras Rain trabajaba, se mordió el labio pensativamente antes de decir:
