Rain tomó una profunda respiración al regresar a su oficina después de concluir el juicio. La atmósfera de logro la rodeaba, y no podía evitar sentir un sentido de orgullo.
—Felicidades, Fiscal Lancaster —la saludó Jane con entusiasmo, prácticamente brincando en su lugar.
Rain sonrió con calidez, dejando sus archivos sobre la mesa. —Gracias, Jane. No lo podría haber hecho sin ti, Marlon y la asistencia de Matt. El trabajo en equipo realmente marca la diferencia.
Jane desestimó el halago con una sonrisa juguetona. —Ah, no es nada. Incluso cuando te tomaste el día libre ayer, estabas prácticamente trabajando sin parar. Quiero decir, te envié archivos, ¡y ya los habías estudiado antes de que pudiera parpadear!
Rain se rió del comentario. Era verdad. A pesar de su breve día libre, había revisado los detalles del caso hasta tarde en la noche. Ella había adoptado el apellido Lancaster con orgullo, y con él llegó el deseo de mantener el prestigio que llevaba.
