LA CIUDAD DE LAS NUEVAS LINTERNAS
Después de la cena, Lilian acompañó a Alessandro hasta su coche.
—Gracias por venir a cenar, a mi tío realmente le encantó tu compañía —le dijo ella.
Él tomó su mano y la atrajo hacia él.
—¿Y a ti, te gustó? —le preguntó.
—Sabes que siempre disfruto tu compañía.
—También me gustó cenar con tu familia. Me dio la sensación de estar con una familia. Hacía tiempo que no sentía eso.
Ella alcanzó con su mano libre y acarició su cabello.
—Oh cariño, puedes venir aquí siempre que quieras —le dijo ella.
—Gracias bebé, ¿puedo preguntarte algo?
—¿Qué es?
—¿Por qué les contaste sobre nosotros ahora? Recuerdo habértelo preguntado antes y te negaste.
—Elegiste confiar en mí a pesar de mi pasado complicado del que sabes poco. Si puedes hacer eso por mí, ¿por qué debería mantenerte en secreto?
—Me he dado cuenta de que no saben que soy un hombre lobo —preguntó Alessandro.