La boca de Evena estaba abierta de la sorpresa.
—Realmente te has superado esta vez, Reni.
—¿En serio, maestro?
—Sí, Reni. Bien hecho.
—Gracias maestro, ¿cuál es el siguiente paso a seguir? —preguntó Reni.
—Quiero que sigas observando el rastro del caos eterno y a Dreya. También mantén un ojo en Ava.
—Sí, Maestro. —Reni hizo una reverencia y se fue.
Evena se recostó en la silla, estaba claro que los vampiros tenían dos misiones ayer. Una, recibir el caos eterno. Dos, llevarse a Ava. Pero, ¿qué negocio podrían tener los vampiros posiblemente con Ava?
Su mente vagó hacia Ryder, esperaba que se hubiera despertado y que ahora estuviera bien. Sabía que Ryder había ido a la cabaña para confirmar si las plantas realmente estaban allí. Pero, ¿de dónde había salido el fuego?
Justo cuando estaba pensando qué hacer, apareció un mensaje en su escritorio de la manada Sangre de Fuego.