En la barra, frente al bartender, que estaba ocupado con su trabajo.
—Supremo—quiero decir, Zar —Yuri se acercó en un traje negro ajustado, tomando asiento junto a César en la barra—. Nikolai llamó. Fue exitoso.
—Bien —César asintió con la información. Su mirada estaba fija en Adeline, quien estaba sentada a lo lejos con las piernas cruzadas y un vaso de champán en la mano.
Ella estaba mirando a todos y cada uno de los invitados en el salón, su mirada pasando de un lugar a otro hasta que... se encontraron con la de él.
Su ceja se levantó, y sonrió astutamente.
Adeline ensanchó un poco sus ojos antes de que una suave sonrisa emergiera en su rostro, sus orejas y mejillas enrojeciendo casi inmediatamente. Se levantó del taburete y comenzó a caminar fuera del salón hacia el baño.
César puso sus pies en el suelo, levantándose. Se movió para seguirla, pero Diana se interpuso frente a él, sus largas pestañas parpadeando seductoramente hacia él.