—Yaoyao, ¿cómo estás? —Nian Shuang, que ya se había despertado, se acercó apresurado y lleno de preocupación.
Con una mirada compleja, Shao Yao finalmente confesó todo lo que había visto ese día.
Nian Shuang suprimió el dolor en su pecho. Él confiaba en ella. Estaba esperando escucharlo de sus propios labios.
No podía aceptar el hecho de que la persona que había traído miseria a su vida fuera la hermana gemela de la persona a quien él amaba más que a su vida.
—Eran personas diferentes —Shao Yao tomó una respiración profunda.
—No estoy pensando en eso —Para ser honesto, quería conocer su reacción después de esto.
Pero al escuchar las palabras de Shao Yao, su corazón se hundió. Xue'er sonreía dulcemente a esa persona.
Entonces, ¿qué haría ella con esa persona después de saber que su vida miserable fue causada por esa persona, que era su querida hermana?
—¿Quieren escuchar una historia? —preguntó Ma Wenye con ligereza mientras caminaba hacia el patio trasero.