Después de que ella superó con éxito la Tribulación Celestial, estaba medio muerta.
No había un solo lugar en su cuerpo que estuviera bien. Tendones rotos, costillas quebradas, órganos dañados y huesos rotos. Su piel estaba chamuscada, y su cabello quemado. Yacía débilmente en un charco de sangre.
Como el cielo estaba despejado, la Lluvia Celestial de Bendición cayó sobre ella. Sus huesos rotos, la piel chamuscada, los órganos dañados y su cabeza sin cabello se curaron instantáneamente.
La tierra estaba llena de vida, la brisa cálida era fresca y la tierra estaba llena de nutrientes gracias a la lluvia.
La Lluvia Celestial de Bendición recaería sobre aquellos que habían superado con éxito la Tribulación Celestial.
—Xue'er, bebe esto —Ma Wenye se apresuró y la sostuvo con cuidado como si estuviera sosteniendo una frágil muñeca de cristal.
Le dio a beber de la Catarata Sagrada, que tenía un efecto similar al Agua de Cristal de Hada para aliviar su dolor.