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Su avance hizo que sus bestias contratadas avanzaran también. Su poder espiritual alimentaba a Shui Yin, Lanshi, Ángeles Celeste y Pez Girasol Magenta.
La fuerza de Le Yang seguía siendo un misterio para ella.
—A'Yang, ¿dónde estamos? —ella retrocedió y le preguntó.
—Espera un minuto, Xue'er —Le Yang se transformó a sí mismo.
Su enorme cuerpo se envolvió en una luz roja. Luego se convirtió en un hombre muy atractivo.
Su piel era blanca como la nieve, sus ojos grises brillaban como la luna y su cabello negro largo hasta las rodillas era como seda suave.
Tenía la nariz alta, los ojos grandes y se estrechaban de forma impresionante. Su rostro era tan bonito como si hubiera salido de un cuadro.
Había un par de cuernos en su cabeza y sus orejas eran puntiagudas como las de un elfo.
—¿Le Yang? —su barbilla estaba abierta de par en par, al igual que los otros tres hombres.
¿Cómo podía cambiar de una criatura aterradora a un hombre bonito?