—Ella estaba atónita —susurró para sí misma—. ¿Por qué esos dos hombres no se lo dijeron? Se enojó mucho con esos malvados cultivadores cuando los vio violar a los aldeanos, así que los mató en el acto sin verificar cuidadosamente qué tan fuertes eran.
—Achís, ¿Xue'er me extraña? —Mo Meifei estornudó.
—Zhu Zemin le lanzó una mirada asesina.
—Ahora dime, ¿quién te ayudó a cumplir esta misión? —La miró con suspicacia.
—Fueron mis hermanos mayores quienes me ayudaron —Se rascó la cabeza y mintió—. Sus ojos suspicaces le hicieron cosquillas en el cuero cabelludo.
—Décimo Anciano, quiero preguntarte algo. Estos dos adolescentes son las personas que salvé. Mis hermanos mayores dijeron que tienen buen talento y potencial, por lo que les pidieron a estos dos que vinieran y aprendieran en nuestra secta —Antes de que pudiera pedir más detalles, cambió el tema—. Como era de esperarse, la atención del décimo anciano se desplazó hacia ambos adolescentes.
