Aunque Mallory escuchó lo que dijo Hadeon, sus cejas se fruncieron profundamente ante sus palabras y las del Padre Shane. Se rió nerviosamente, negando con la cabeza. —¿Por qué alguien querría reorganizar las palabras? Debe ser una coincidencia que su nombre, al reorganizarlo, deletree el mío.
Mallory esperaba que fuera uno de esos momentos en los que Hadeon estaba bromeando, pero la seriedad en su rostro hacía difícil creerlo.
—Lo encontré bastante extraño en ese momento y pensé que quizás, debido a su vejez, la mujer había olvidado dónde estaba enterrado su esposo —dijo el Padre Shane con suavidad—. Luego preguntó:
—¿Recuerdas el nombre de tu abuelo?
—Siempre lo llamamos abuelo. Su nombre no parecía importante cuando era joven—solo la relación —susuurró Mallory. Su corazón latía fuerte mientras se atrevía a preguntar:
—¿De quién es el cuerpo que está allí?
—Un humano. Probablemente tenía una semana de muerto —respondió el Padre Shane.