—Todo esto se sentía como un sueño para Maxi. Después de todo, este mismo Fae que la besaba y le robaba el aliento de los pulmones le había dicho sin rodeos a la cara que ella no significaba nada para él y que nunca sería su compañera.
—Tonto.
—¿Quién le dijo que ella buscaba uno? Ha vivido tanto tiempo y ha tenido tantas parejas que la mayoría de ellas ya se han desvanecido de su memoria. ¿Qué podría tener él de diferente? Solo era un macho con pene y había muchos penes caminando por ahí con los que podría pasar el tiempo. Todo lo que Maxi quería era una relación amorosa corta y espontánea.
—Ser un cambiaformas de caballo no era un crimen además de ser cazado por su valor, pero tener sangre de fae oscuro era una sentencia de muerte. Nunca había mucho tiempo ni confianza para construir un vínculo, y los pocos machos que habían estado cerca de ganarse su corazón, ella los había matado por su traición o los había enviado lejos por su propia seguridad.