Valerie se sorprendió cuando la bruja descubrió su identidad pues él no había revelado nada a menos que ella fuera psíquica.
—¿Cómo? Ni siquiera sabía cómo las palabras se le escaparon de la boca. Valerie había sido cauteloso y había cubierto completamente su rostro, no había nada en él que sugiriera que él era el príncipe heredero.
—El emblema real en tu capa. —respondió ella.
—¿Qué? —respondió Valerie sabiendo que era imposible hasta que miró hacia abajo y vio el pequeño insignia real redonda en su lado izquierdo. Mierda, ¿cómo no se había dado cuenta de eso? Aunque eso todavía no era suficiente para identificarlo como el príncipe heredero.