No podía dejarla ir. Isaac no podía entender por qué la idea de que otro Fae tocara a Maxi provocaba una ira intensa en él. No había lugares limitados donde el cambiante oscuro pudiera divertirse y eso era lo que le asustaba. Si Maxi tomaba una decisión, entonces nadie podría detenerla. ¡Ella era muy terca!
Lamentablemente, ¿y si algo sale mal y su secreto sale a la luz?
Aunque Isaac se sentiría aliviado si ella no lo molestara más, eso no significaba que quisiera que ella muriera tan pronto. Aunque Maxi principalmente lo fastidiaba y le hacía bromas, todavía encontraba entretenida su presencia y sin ella, encontraría el castillo de Aldric aburrido.
Bueno, él dudaba que eso fuera posible con la siempre curiosa Islinda cerca para causar problemas, esa ya parecía una pequeña Maxi en entrenamiento y esperaba que ambas nunca se encontraran.