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Después de que Jiang Mubai se fuera, Zheng Chuyi permaneció de pie, sola, al pie del Edificio Mo.
Miró hacia el edificio que parecía perforar las nubes, sintiéndose algo nerviosa y una leve inquietud, pero la anticipación dominaba sus emociones.
Se preguntaba qué expresión tendría él al verla en breve. ¿Sería una de emoción? ¿Sería alegría?
Un hombre como él, incluso si sintiera emoción y alegría, probablemente lo mantendría oculto en su interior, ya que siempre era orgulloso y tenía un temperamento frío. Nunca mostró sus sentimientos en su rostro.
Pero, para él, ella siempre fue diferente.
Después de todo, solo había una Zheng Chuyi en este mundo.
Ella nació con un destino de fénix, y solo ella podía estar a su lado como igual.
Pensando esto, un brillo luminoso pasó por los ojos de Zheng Chuyi y su corazón se volvió errático con el pensamiento de que lo vería muy pronto.
Habían pasado años desde la última vez que se vieron.
