Nova preguntó ansiosamente:
—¿Cómo está la Srta. Haynes?
Varios guardias de seguridad estaban en la puerta de la sala y les detuvieron a los tres.
—¡No pueden entrar!
—¡Necesitamos entrar para visitar a la Srta. Haynes!
—La Srta. Haynes aún no ha despertado. ¡No pueden entrar ahí!
—Está bien. Miraremos desde afuera.
En la sala, Hazel giró ligeramente los ojos y recobró la conciencia. Intentó levantarse pero se tumbó de nuevo después de esforzarse por levantarse.
Al ver esto, Chase se apresuró a ayudar a Hazel a levantarse, diciendo:
—Hazel, ¿qué quieres? Lo haré por ti.
Hazel miró a Chase y preguntó con debilidad:
—¿Dónde estoy?
—Estás en un hospital —respondió Chase.
Hazel lloró:
—¿Hospital? ¿Por qué estoy en un hospital?
Chase sujetó la mano de Hazel con firmeza. Una pizca de ternura apareció en los ojos de Chase. Él dijo:
—Hazel, lo siento. Por favor no hagas algo así de nuevo. ¿Me escuchas? ¡Casi me matas del susto!