—Cariño, cuando te sonrojas así me dan ganas de hacer cosas vergonzosas, especialmente a una parte de tu cuerpo...
—Maldición Axel, ¿por qué siempre estás tan cachondo? —dijo Kevin.
Axel se rió y lamió la palma de la mano que Kevin había puesto sobre su boca, y Kevin inmediatamente la retiró como si se hubiera quemado y se sonrojó aún más.
Axel entonces gimió frustrado y se levantó, luego extendió una mano para ayudar a Kevin a levantarse y lo abrazó mientras lo besaba apasionadamente.
—Cariño... Dime... ¿Cómo es... Que siempre eres... Tan inocente... —dijo con los labios aún contra los de él y mientras continuaba besándolo.
—No confiaba en nadie y ellos tenían demasiado miedo de mí para intentar algo de todos modos —se mordió el labio inferior Kevin y le respondió sin ocultarle nada.