Kevin entonces vio 3 llamas púrpuras del tamaño de un humano aparecer justo frente a ellos y caballeros muertos salían de ellas.
—Cariño, ¿lograste hacer lo que querías? —preguntó Axel solo para estar seguro.
—¡Claro que sí! Está bien, podemos matar a estos magos, no puedo esperar para ver lo que el jefe de la mazmorra tiene preparado para nosotros —respondió Kevin de inmediato con una sonrisa extática en su rostro.
Axel asintió y usó su velocidad completa, decapitó a 8 caballeros muertos en el camino y dejó 7 para Kevin, luego dominó a los tres magos sin matarlos y esperó a que Kevin terminara de matar a los caballeros muertos que le había dejado.
Cada vez que lo veía luchar no podía evitar quedar impresionado por su técnica, era perfecta y era como si pudiera prever siempre los movimientos de sus oponentes.