Axel no sabía qué estaba pasando en la cabeza de Kevin, pero realmente le gustaba el hecho de que él tomara la iniciativa.
Sus pocas caricias y cómo miraba su cuerpo con tanto deseo en los ojos fueron suficientes para que su miembro se erguiera orgullosamente reclamando su atención.
Kevin inmediatamente sintió la erección de Axel contra su abdomen y suavemente lo empujó hacia la ducha.
Mientras el chorro de agua caliente recorría sus pieles, Kevin continuó su exploración y comenzó a succionar los pezones de Axel uno tras otro.
Axel tenía la espalda contra la pared de la ducha y se dejaba torturar a propósito, gemidos de placer escapaban de su boca mientras Kevin jugaba con sus pezones.
Mientras lamía uno, lo succionaba y lo mordisqueaba, jugaba con el otro con sus dedos, pellizcándolo y frotándolo, Axel temía acabar antes de que Kevin siquiera lo tocara, así que le suplicó: "Cariño, acaríciame... Demonios es tan bueno... Haaaa sí, justo así."
