Los Drakonits eran una de sus creaciones más perfectas, pero eran demasiado poderosos para este mundo, ella los había creado directamente del Fuego Eterno y les había otorgado una inteligencia superior.
También se había asegurado de codificar sus genes de modo que todos los nuevos Drakonits heredasen el conocimiento adquirido por sus ancestros.
Y en cuanto a la forma que les había dado, simplemente eran la evolución de los dragones; un Drakonit cuando alcanzaba su tamaño adulto era 3 veces más grande que un dragón y 5 veces más poderoso, una verdadera maravilla.
El Fuego Eterno en el que los había creado les permitía regenerarse casi instantáneamente, como los fénix, y estuvieran donde estuvieran, las partículas de fuego serían automáticamente atraídas hacia ellos y obedecerían y los protegerían por voluntad propia.