Axel exclamó:
—Demonios, cariño, no tenías que hacer eso para excitarme, ya estoy loco por ti.
Él invirtió sus posiciones y Kevin se encontró apoyado en la mesa con su espalda contra el cuerpo de Axel, quien luego le susurró en el oído:
—Y si nos ponemos manos a la obra, cariño, si recuerdo bien así es como quieres empezar, ¿verdad?
Kevin agarró el bote de lubricante y se lo entregó, diciendo:
—Si ya sabes lo que quiero, entonces no me hagas esperar, cielo.
Axel se rió y tomó el bote de lubricante que Kevin le estaba pasando, le dijo:
—Sabes... Tenemos todo el tiempo, cariño, ¿por qué no me dejas jugar un poco con tu culo antes de follarte... No te gusta la sensación de mis dedos dentro de ti?
Kevin respondió de inmediato:
—Fóllame primero, y luego te dejaré jugar con mi culo todo lo que quieras... ¿Contento ahora?
La respuesta de Kevin lo encendió como nunca antes y le vino perfectamente:
—De acuerdo, cariño, ¡hagamos eso entonces! Te daré todo lo que quieras.
