Erik, que había permanecido impactado por esta avalancha de noticias, al igual que Alan por cierto —dijo rápidamente:
— Sí, sí, ahora podemos comer, tienes razón, debe estar listo.
Se levantó apresuradamente para verificar y Alan puso la mesa entretanto.
Una vez que todos fueron servidos, la tensión disminuyó y la conversación volvió a asuntos más triviales.
El vino también ayudó a calmar los ánimos y todos pasaron una noche agradable.
Cuando Axel vio que Kevin comenzaba a bostezar, se excusaron con los demás y regresaron a su habitación.
Axel quería que Kevin descansara lo más posible antes de su viaje de mañana, solo para ir allí a ver a Tony y regresar con el pájaro gigante, les tomaría 4 horas, iba a ser un día emocionante pero agotador.
Liam, después de que Axel y Kevin volvieron a su habitación, decidió irse también e Ian optó por seguirlo.
Se ofreció a llevarlo a casa y para su sorpresa, Ian aceptó.