LUO YAN no dudó en aceptar la solicitud. Rápidamente apareció en pantalla el guapo rostro de Shen Ji Yun. Notó algunas hojas en el fondo, así como algunas ramas.
—Hermano Ji Yun, ¿estás sentado en la cima de un árbol? —no pudo evitar preguntar.
—Sí —respondió Shen Ji Yun bostezando—. Llegué un poco temprano para mi próxima clase. Así que decidí tomar una siesta por un rato. Pero no pude dormir, así que te llamé.
—Tal vez si eligieras un lugar más cómodo para dormir, podrías hacerlo inmediatamente —dijo Luo Yan con tono burlón.
—A mí me resulta cómodo.
Luo Yan soltó una carcajada. Esto le recordó un poco a la primera vez que se encontraron. Shen Ji Yun de repente saltó del árbol para ayudarlo a lidiar con aquel pervertido. Probablemente también estaba tomando una siesta en ese entonces.
—Sí, sí, Hermano Ji Yun es como una ninfa del bosque a la que le encanta colgarse de los árboles —dijo.
—Hmm… ¿no está un poco mal esa analogía?
—¿De qué manera?