El grupo de cinco llegó con éxito y seguridad a la cima del Monte Rabia. O al menos a la cima de su pico más alto. Nada gracias, por supuesto, a los dos hermanos Luo. Siempre que un monstruo atacaba a su grupo, siempre eran los otros tres quienes atacaban y defendían. Es bastante cómico, ver cómo Hoja Bronceada se iba irritando más y más con ellos cada minuto. Pero en realidad no podía hacer nada al respecto porque necesitaban a los dos para entrar en la mazmorra con ellos.
No muy lejos de donde estaban de pie, había un objeto parecido a un remolino rojo flotando en el aire. Había una estática visible alrededor de él, parpadeando continuamente, como si fuera a desaparecer y separarse de este plano de existencia en cualquier momento.