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—Tía Xiulan, ¿vas a llevar eso a Papá y al Tío? —preguntó Luo Yan cuando él y Bai Ye se toparon con su tía que en ese momento sostenía una bandeja de café.
—Sí. Esos dos ya están de vuelta en el estudio. En serio, es vacaciones y aún así no pueden dejar de hablar de negocios —dijo Sun Xiulan, suspirando impotente.
—Entonces déjame llevarlo al estudio —se ofreció Luo Yan—. De todos modos tengo algo de qué hablar con Papá.
—Claro —aceptó Sun Xiulan entregándole la bandeja—. ¿Sabes dónde está el estudio?
Luo Yan asintió.
—Sí.
Los vio ir allí antes, así que sabía dónde estaba.
—Entonces yo también voy —dijo Bai Ye.
Cuando Bai Ye estaba a punto de caminar al lado de Luo Yan, Sun Xiulan de repente lo levantó.
—No, tú vas conmigo —ella dijo.
—Pero, Mamá
—Hueles a sudor —dijo Sun Xiulan oliendo a Bai Ye—. Entonces, vamos a hacerte limpio y guapo de nuevo, ¿vale?