—¿Por qué el rostro frío todavía no está aquí? —preguntó Luo Jin con un poco de impaciencia en su tono—. ¿No me digas que se está maquillando?
Los otros cuatro miembros de Yunyue estaban todos esperando en el vestíbulo del palacio. Era porque hoy era la fecha de la fiesta anual del Rey de Arcadia.
Dado que necesitaban estar en el Lago Negro a las seis de la tarde, tanto Luo Yan como Luo Jin habían cenado temprano. Aunque a su padre y a su hermano mayor les desagradó un poco. Pero al final, cedieron y les dejaron hacer lo que quisieran. O más precisamente, ni padre ni hijo podían decirle 'no' a Luo Yan.
—Xiao Jin, te dije que no llamaras así a nuestro capitán —dijo Bai Ze poniendo su mano en la cabeza de Luo Jin y le revolvió el cabello.
—¡Para eso, Hermano Ze! —apartó la mano de su primo Luo Jin.
—Deja que él llame a Ji Yun como quiera. No es como si a Ji Yun le importara —dijo Su Yuqi con su habitual voz indiferente.